Tu te aventuras, Yo te distraigo

Thursday, November 05, 2009

asi esta la cosa

En veces las personas dicen que es tonto aferrarse a detalles pequeños, que hay que minimizarlos darles la debida importancia, ni más ni menos, que guardar tarjetas es demasiada melancolía para el ser humano estándar moderno, llorar con fotografías es casi obsceno, que si lloras con alguna película, te miran raro, no comprenden, olores, sabores, paletas, comidas, bebidas, toda esa “mescolanza” de condicionamientos tan románticos, se vuelven cliché, aburridos, y hasta te sientes mal contigo mismo de tenerlos; o algo por el estilo.
Esto viene a algo que me paso, algo sencillo, es casi un melodrama de cuento.
Mis pinturas están bajo mi cama, olvidadas, empolvadas, por el simple hecho de no tener con quien compartir el por que de su existencia, todas apiladas, pero una en especial no podría ser quemada, tirada, desechada, ni por nada en el mundo, y es un recuerdo doloroso pero no sé por que no me permito aniquilarlo. Es increíble como un detalle puede crecer hasta el punto de ser una vida, una esperanza, transformarse en fe pura.
La pintura es sencilla, mucho, es un Jocker, recuerdo que lo comencé a la 1 am y termine a las 4 pm, mezclando el oleo, tratando de no arruinarlo, por la pintura fresca aun, en el quedaron plasmados todos los post it imaginarios donde habíamos puesto ideas, planes, postergaciones de grandes creaciones donde los únicos participes, eran el y yo, donde el mundo era una pelota gigante muy extraña, incomprendida con un centro erótico incandescente, con el exterior lleno de bichitos raros, devorándose unos a los otros, donde el y yo, viajábamos de planeta en planeta buscando el mejor para nuestra existencia, y guardando las lindas experiencias de los planetas ya vistos, cada pincelazo, era vehemencia iniciada con felicidad que nos creábamos el uno al otro con el simple hecho de encontrarnos, donde yo ya no podía llorar, solo de felicidad, por que el estaba conmigo y viceversa, y la estancia era permanencia voluntaria, nadie obligaba a nadie, era un amor tan puro y hermoso que era difícil pensar, que podría durar. Ese Jocker, era parte de nuestra manera de amar, de nuestra manera de percibir el mundo, de reírnos de el, y de que el mundo se riera de nosotros por no comprenderlo y aun asi, amarlo.
Alli quedo todo, y terminado, lo deje que secara, lo mire, con una sonrisa en el alma y el corazón hinchado de satisfacción, lo mire como si fuera el pacto de una vida con el, el pacto, de mi plenitud de ahora en adelante.
La pintura seco, la firma también, el tiempo paso, el nunca lo llevo a su casa, el nunca lo admiro con sus propios ojos, el nunca me abrazo diciéndome gracias por hacerlo para mi, por que en verdad cada milímetro de ese cuadro, había sido por el y para el, puedo asegurar firmemente que no era obsesión, si no amor.
Pero ese amor nunca fue consumado, cuando me di cuenta de que todo estaba seco, color sepia, y tan melancólico como los ojos de una anciana, veía el cuadro y hacia pucheros, la boca me temblaban, los ojos lagrimeaban, pero no podía deshacerme de la pintura; solo hubo una ocasión, estando yo ebria, enojada y arrepentida, adolorida mas que nada, le dije a un amigo que si lo quería, el me dijo que no, me alegro mucho, mis amigas decían que lo quemara, yo decía que debía ser exiliado, desecho apaleado, gritar mientras lo destrozaba, y al menos la ira seria disuelta (un poco). Nunca lo hice.
Ahora ese cuadro sigue intacto, solo de imaginar la sonrisa de ese Jocker, y esos ojos, me arden los ojos, y recuerdo como el me prometió vivr juntos, en un departamento sencillo tal como amábamos las cosas (sencillas), con un sofá, un abanico, cuadros hecho por mi, un sax, una guitarra, una tele bien equipada (por eso de ser cinéfilos) una cocina (es chef) y una cama, (y un baño, pero eso es obvio jajaja). Me lo prometió, confié, y acabo en nada, en un Jocker polvoriento y un corazón un tanto marchito de tanto amor por dar, y nadie con quien compartirlo.
No me quejo, odio quejarme de ese tipo de cosas, en cambio amo quejarme de que no tengo cigarros, de que me enferme o de la gente, es raro.
El punto aquí, es solo desecharlo, escribirlo, recordarlo, ¿recordar algo tan horrible?, en veces no se si fue horrible o hermoso, es algo tan mio alguien que nadie mas que yo pudo sentir, que me encanta, y no es que sea algo superior, solo es algo diferente.
Aun pienso, en la noche soñada que tenia planeada, con una buena serie de películas, dos copas de vino una frasada, bocadillos y muchas miradas, sonrisas y quizás besos.



En fin.

1 comment:

efterklang said...

Te diría que me lo regales pero... definitivamente ese tipo de cosas no se regalan por nada del mundo.

Puedes quemarlo, romperlo o demás pero tendrás que hacerlo tú a huevo.

Si no lo has destruído a la de ya es porque no vas a hacerlo.

Según la experiencia, algún día lo mirarás olvidado en una caja, sonreirás y luego lo tirarás sin remordimiento, sin más que un "esutvo heavy esa epoca". FIN