Tu te aventuras, Yo te distraigo

Friday, September 24, 2010

orale pues

Estando un poco perdida en el océano de la contrariedad suburbana le sigues dando vuelo ala hilacha.

Estaba pensando en que ni soy tan niña ni tan mujer, me suelto en la onda contemporánea pidiendo un cigarro a caras ajenas, dientes ajenos, sonrisas ajenas pues.

Luego se me acerca un cabrón un cabrón, conocido, uno conocido de más, con su cara de impertinente incomodo que no se da cuenta y me pregunta como estoy, le digo que, bien, y la charla sigue, agotadora y con olor a cerveza económica.

Pasa el aire y los cigarros regalados, besa, y pide una habitación en su mente para apoderarse de lo que es esa mujer que ni la mitad de su edad tiene, obviamente, se niega la chica.

Se desconcentra el hombre, y la besa de nuevo, ella le juega jugarretas, y el se ríe.

Ya no hay nada solo un par de tragos y besos, pero insiste, insiste en llevársela a una cama ajena a besos locos y una noche inolvidable, inigualable y sin recuerdos de seriedad.

Bebe lo que queda en el vaso lo mira, y mira su entorno y sonríe, fuma un poco mas y se carcajea, despide al vendedor, y dice “ojala y te mueras” entre risas los demás ríen, el tipo habla con otra, y ella parte, sabiendo que le partieron el corazón, y así esta bien feliz, ebria, y es capaz de todo, ¿Por qué? por el simple hecho de existir, por el simple hecho de ser mujer, y hacer lo que quiera, como quiera.

Tuesday, September 07, 2010

pomposo.

Cerca de lo que llamaría calor sofocante, que derrite la grasa , y hace sentirte húmeda y no precisamente por que estás excitada; encuentro muchas veces lo necesario, para dejar fluir torpezas, y olvidar que estoy viva, que necesito llenar varias cosas que se han convertido en responsabilidades.
Cuando me bajo de el camión, que suele creer en su propia falacia, la cual dice que son camiones refrigerados, por ende todas las ventanas de cierran, y en cada parada que hacen deja el hombre que abandona el camión, un olor denso a sudor, y aparte de esto sube otro imponiendo con su aroma, otro mas a la sopa de olores, pero cuando yo me bajo, y siento los cuarenta y pico de grados quemándome el cerebro derritiendo mi bloqueador solar y filtrándose por mi piel hasta llegar a mis entrañas y siento como esto logra bajarme la presión, es cuando siento que estoy en el limbo, y a pesar de que me siento un tanto enferma, al menos ya no pienso, en lo inquietante de mi existencia inexistente.


E pensado en hacer cosas nuevas, pero no se me ocurre ni una en lo absoluto, solo ir a obregón.
O también buscar alguien con quien salir, pero siento que mi cara escurre pena y desazón, por lo cual mejor me escondo entre mis lentes enormes al estilo Woody Allen, y algo de lectura comprometedora, el cual me inspiró a empezar uno de mis amores platónicos Javier Bardem.

No tengo más que decir por ahora.

La vida allí esta, la cena allí esta, el andar allí esta. Demonios se me acabaron los cigarros.