Tu te aventuras, Yo te distraigo

Monday, November 16, 2009

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Bebía y lo veía, su esposo estaba más orate de lo que ella imaginaba.

Mucho licor es mucho coraje en la piel, en las manos en los ojos, en las noches, en la cama y en el tacto.

El seguía riéndose, bailando gritando tosiendo y fumando.

El bebía por se un pendejo de categoría, por que sentía que cada trago de ese whisky era bien merecido, y cada vez que lo sentía correr por su garganta era una sonrisa estúpida engalanada con soberbia.

En cambio ella cada trago de vino tinto con sus “amigas” era un trago de dolor, un trago de esperanza por que ese vino fuera un sedante de emociones, para que otra vez el fingir el orgasmo y el cariño fuera fácil; y el, callera sobre su cuerpo rendido, olvidándolo todo, creyéndose el rey del mundo, y ella sentirse como una pendeja enternecida.

3 comments:

Moka Hammeken said...

Toda una vida reducida a unos cuantros tragos a ambos lados de la mesa...



Saludos.

efterklang said...

Que crudas se miran las cosas si las ves desde ese punto... :S
Triste pero a veces cierto.

Yo por eso me estoy volviendo abstemio :( Extraño emborrachecerme a lo idiota.

Saludos

Hec said...

hola, pues vengo a agradecerte todos tus comentarios, gracias, y claro a conocer tu blog chaparrita ;)