El camino despechado y seco de todos los días.
aprovechando para recordar tu golpeteo intenso de la adversidad de emociones carnales
en nuestra puta relación solitaria y andrajosa.
La puta alarma que recuerda el sobrevivir ante la monotonía de la pauta social
y tu miembro rozando mis ganas de amar los recuerdos viscerales de amor, y mis nalgas blancas pidiendo el tacto de tu amor, cada día.
el ladrido apunta hacia una nula masoterapía sexual y yo recuerdo el año que vivimos mirandonos las pupilas de repudio.
Lloro y sueño con que seas el hombre de la foto con sepia intenso, recordándome el calor de el expresso de nuestra cafetería favorita vecina.
riéndome de mi mueca golosa que se traga la pasta dental para no llorar por que estas, pero no estas, tendido desnudo en la cama con tus 20 dedos diciendome dejame en paz.
una vez más, otro día igual... Nunca más
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