Me dolió aun que nunca me entenderás, me dolió cuando todo se venia abajo, cuando poco a poco el departamento se hacía más amplio y con esto más triste, con cada prenda o cosa se iba un poco de todas nuestras ilusiones, esperanzas, amores, proyectos, caricias, todo se estaba yendo por las escaleras y el viento se llevaba cada sentimiento, y al llegar al carro, se volvían solo objetos inanimados.
Me daba tanto miedo, pero tenía que hacerlo, era seguir en la monotonía que me estaba volviendo loca y terminar sucidándome alcoholizada, o era irme y llorar el luto necesario y seguir un camino distinto, borrando ahora sí, tus huellas de la arena de mi playa que algún día quise que fuera nuestro paraíso...
Cuando por fin me llevé al pequeño animalito que rescatamos y acogimos entre tú y yo, te miré y miré todo el miedo postrado en tú cuerpo, como un enorme ángel negro sobre tus hombros abrazando tu corazón, cabeza y ojos, tu mirada me mató, te lo juro que me mató, me partió el corazón, y ahí me dí cuenta de lo mucho que te amaba, y de que realmente esto si me iba a doler, no como había creído (será sencillo) quería amarte abrazarte y volver a caer pedir perdón a las personas que me estaba ayudando y decirles que era un malentendido quería irme contigo irnos a la cama taparnos con la cobija blanca que tanto nos gusta y acariciarte el cabello mientras lamía tus lágrimas, quería cuidarte, mimarte, protegerte y darte todo mi amor, quería pedirte perdón por ser tan dura y olvidarlo todo, hasta de mí, por que al amarte y dedicarte mis fuerzas era lo que hacía, olvidarme de mí, de mi familia, solo por verte feliz, cada día todos los días, desayunando juntos, mientras veíamos cosas que disfrutábamos juntos, mis caricaturas tan pueriles que tu soportabas para mí, o los programas de cocina por que los dos somos cocineros...
Sé que algún día dejaré de hacer la mueca para evitar las lágrimas al recordarte llorando como un niño sentado observando el final cruel, burdo y descolorido de nuestra vida juntos, como te arrebataba mi amor a mordidas y te dejaba solo, aún me siento tan culpable, aún me falta amarme lo suficiente para darme cuenta que era lo más sano y no llorar, Algún día dejaré de pensar "debí quedarme, lavarle los pies mientras le hacía un cuento fantasioso donde estaba el como un hombre rudo fuerte y protector, y yo la ninfa llorona que rescata del cuento y viviríamos felices juntos, eliminando a la sociedad y el mundo, solo esa ventana hermosa que llenaba de luz la recamara, los pelos de los perros y mi gran amor por tí" ¿por que no nuestro amor? por que tú nunca te esforzaste como yo lo hice, el sacrificio era yo, tu eras la dicha...
Ahora estoy volviendo a sentir dicha puramente mía y se siente tan bien, que a veces me siento culpable...
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