En veces cuando camino veo hacia diferentes puntos fuera de lo mundano, de lo trivial y lo fácil de localizar, me inundo en los matices de un cielo que se torna entre azul y blanco lechoso, embarrado de nubes amorfas, con una plenitud y tranquilidad atraviesan ese océano seco y brillante, yo solo doy pasos a diestra y siniestra, por lo cual en veces creo que soy coja, pero no soy coja, solo que no me fijo donde piso, y la ciudad esta tan descuidada como el corazón de los ancianos en la casa hogar que veo a diario.
Mi cueva se mantiene pulcra, el aura es blanco y en veces un poco mas oscuro donde las sombras predominan y logran un semblante mas melancólico y romántico, pero no deja de ser lindo, no le doy tiempo a la penumbra, ya no.
Solo a la espera y a los ratos de ocio, pero yo ya no le abro las tripas y las entrañas al lado oscuro de los sentimientos, a ahogarme con sollozos silenciosos, a sentirme abatida y arrastrar los pies con una espalda encorvada y tosca.
A veces cuando respiro saboreo los olores que se atraviesan, ya había dicho que había oído desde muy chica que si hueles cosas dulces o aromas florales sin estar cerca de algún objeto que suelte dichos aromas, es por que un angel te acompaña, últimamente hay olores muy deliciosos en mi entorno, y sonrio, con plenitud, por que no me siento sola, me siento libre, no me siento fea, me siento original, no me siento tonta, me siento pueril, no me siento débil, me siento noble.
No tengo por que dejar de fundirme entre los bellos colores del universo y las manifestaciones hermosas que se logran con los detalles simples de la vida.
No comments:
Post a Comment