Durante toda mi vida aunque todavía no estoy polvosa y oxidada, me e dado cuenta de que no odio a nadie, tan pinché buena gente soy que ni siquiera odio a panda.
Me levante con los ánimos apagados y olores a incienso, bebé y perfume conteste para ser la iniciadora del caos que desorbitaría la mirada de una que otra alma.
Que hacer a mi solo me llego el mensaje, suspire y dije “ peores cosas han pasado” y como siempre, me sirvió mi súper epitafio, decidí que no tenia caso ni siquiera hacer una mueca de dolor, absolutamente de nada, no tenia caso, al pasar todo un lindo y caluroso día ( llegue a pensar que moriría de calor) termino con la preocupación a flor de piel, de esas que no se te escapan con las que queda un granito de arena en tu interior que no se va, quizás nunca lo haga, estoy bien solo que, 90 % de las personas me caen mal, pero porque? Porque no puedo odiar a alguien al punto de si le pasa una desgracia decir, te lo merecías wei.
Como si alguien hiciera lo que yo, preocuparme hasta por el mas cruel enemigo, dentro de mis fibras, lo hago, y es algo pulcramente estúpido, si lo es, como buena persona debería de entender sobre “ la supervivencia del mas fuerte” quizás por eso estoy jodida, por débil, y me moriré sola como me dijo mi mamá, casi puedo olfatear la comida para gatos en toda mi cocina y el olor a vejez saliendo de mis poros y muebles.
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