Tu te aventuras, Yo te distraigo

Wednesday, May 17, 2017

17 de Mayo del 2017



Me encuentro en la cama matrimonial, la cual comparto con mi pareja, con el que comparto mi vida, y estamos esperando un hijo.
Estoy en la habitación a oscuras, siempre eh preferido la oscuridad, de ser necesario, luz natural, solo eso, estoy encerrada por que el embarazo me agota de una manera que me parece indescriptible, presión baja, mareos, desmayos, punzadas en la barriga crecida, todo un caos, eso soy, un saco de achaques, antes solo era de quejidos y criticas, auméntele el achaque.
Le eh encontrado un tremendo gusto, enorme y precioso gusto a la soledad y la “enclaustrada”, me gusta, me siento, bien, a veces pienso que por mis años de estrés denso en la gran ciudad, volví a mi pueblo feo con el deseo de esto, descanso, soledad y desborde de apatía en su máximo esplendor. Sinceramente me siento muy bien, me da pena comentárselos a los demás, por qué se asustarían o bien, empezarían con sus tonterías de inicio de depresión, conformidad, zona de confort, etc.
Algo que me está generando ruido es mi madre, (vivimos con ella) su ingesta de alcohol me parece, preocupante, ya no alarmante, algo es algo. Solo de verla me agota, a veces me siento tan desagradecida y malvada cuando me ve la barriga y quiere tocármela, yo no quiero ni rozarla con mi dedo, me genera desagrado. Detesto cuando balbucea o se traba con ciertas palabras que las reconozco bastante bien que son la perfecta muestra de que ya comenzó su ingesta diaria de alcohol, no sé que bebe, no sé en que cantidad, pero sé que lo hace, huele, camina, habla, actúa como tal.
Como me dijeron por ahí, es su casa y ella nos acogió, lo que me machaca alguna arteria pegada al corazón es que nos acogió con un amor y un cariño falso, mentiras, chantajes y estupideces.
La estúpida idea mía cuando le comente y ella accedió feliz fue “tendremos un hogar” haré lo posible para formarlo, lo limpiare, decorare y restauraré y seremos felices y mi madre feliz decía si, y eso.
Pero realmente no fue así, la convivencia con ella es nula, y cuando existe salimos molestas las dos, ella se venga, chantajea, gimotea y llora contándole su dolor a terceros, cuartos y hasta quintos. Yo lloro y sobo mi panza jurándole a mi hija que esto no tendrá nada que ver con ella y es la bebé más deseada en siglos.
Hoy vi a mi pareja con una especie de desapego, desgano, indiferencia, lo sentí extraño.
Aunado a lo de mi madre me hirió, no lo suficiente para llorar, no aún al menos, pero si, a veces me siento el hombre de la relación al preguntarle tanto como se siente, que piensa y que tiene, y recibir el “bien, nada  o todo bien” y quedarme llena de dudas y pensar que estoy haciendo mal.
Ya mejor no abro mucho la boca por qué sé que puedo enfadar, pero sigo con un pensamiento muy firme de que en cualquier momento el se va a ir, y está bien, empezaré a crear una especie de rutina que nos funcione a mi hija y a mí y ya, se que no es tan fácil como se dice, se que será muy cansado, pero veo a miles hacerlo día a día, no quiero ser la mujer atenida de nadie, la ama de casa fofa, triste que no tiene vida más que novelas, en mi caso películas.
Supongo que necesito relajarme un poco, y lo que tenga que ser será, es solo que a veces siento que me ven como invalida  por mi estado de gestación, por mis achaques y por mi alargado encerramiento.
No estoy invalida, estoy bien, y cualquier noticia, buena o mala la aceptaré correctamente y seguiré adelante.
Este escrito no tiene ni pies ni cabeza, me doy asco.

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