Y es qué estaba enseguida de mi, estábamos sentados con la bebida barata servida en un litro desechable, que importaba ya, si lo habíamos conseguido, mi rodilla estaba en su pierna, su aliento en mi mente y su mirada en mi maquillaje..
No tenía idea de lo que quería, lo peor es que estaba en un limbo solidificado de placidez etilica.
mi mente danzaba con el vaivén de mi cabello a la robert Smith, de pronto gire y sus labios como imanes se unieron a los mios, tibios, pequeños, delgados y totalmente de miel, sonreí y me dí cuenta de que todo había valido la pena, cada sufrimiento cada restricción, cada esfuerzo eh intento de vivir, todo me había llevado a esa casa, a esa fiesta a estar a lado de ese espiritu magnifico, pueril y con aspecto de hombre, todo en mi maldita existencia había acabado en ese instante y yo sonreí comprendiendo que mi existencia estaba a pedir de boca de lo buena que era..
Más que bendita, era perfecta, sí, perfecta.
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