Tu te aventuras, Yo te distraigo

Friday, June 19, 2009

Alora.

Alora se despedía de su burbuja, su protección hacia lo mundano, lo trillado y la vida que constituye a los entes con buen empleo y llenan de labia a la multitud, esos que parecen grandiosos; La sentía con un calorcito y delicia y una profunda melancolía de que se hacia cada vez mas delgada, y el corazón le oprimía con aspereza el alma, la cabeza le daba punzadas y solo sacaba un poco de aliento de su boca, tímido y discreto.

Tenia que hacer caso, obedecer a esa planta-mujer que ordenaba diferentes labores que eran parte de su rutina, labores que eran gritos color verde hoja, fuertes y de temer, si quería poder dormir, comer y beber con tranquilidad, necesidades fundamentales de alora; entre otras no muy importantes, que la separaban de la especie humana común, ella sabía que dentro de sus tripas, sangre, corazón y huesos, había una semillita que ya había madurado y la hacia ser, pensar y sentir de diferente manera las cosas a lo habitual, nunca sintió ser común y su entorno la apoyo con eso, manifestando diferentes tipos de interacciones para con ella.

Empezó a caminar hacia ese pasillo oscuro maltrecho y sucio, lleno de espíritus que se sujetaban de su mirada y se quedaban hincados allí esperando a sacar un alarido húmedo de alora, transformando su tranquilidad en una especie de histeria, se encontraba frente a el y empezó a dar un paso con sus piecitos descalzas, de repente un crujido pincho al silencio turbo su gran y espaciosa soledad, los mandatos de planta-mujer eran demasiado para ella, esa noche ese momento, esa melancolía, todo se estaba volviendo un cocktail indeseable de podredumbre emocional, pero la furia en las palabras de planta-mujer no cesaban, ni un poco de condescendencia se sentía en los hilos gruesos de el sonido de su voz. No soporto ese crujido lleno de suspenso y terror para un corazón tan frágil y corrió hacia la luz. Los regaños no se hicieron esperar contemplaron el rostro de Alora y la pusieron firme para completar la tarea, Alora viviendo con sus amiguillos sin perfil ni tacto, pero de buen corazón trato de sentir su presencia con intensidad y colocar toda la confianza en ellos de que no la abandonarían esa vez (claro nunca lo habían hecho), tomo la linterna de aluminio que estaba muy fría y se sentía agradable en las manos y la encendió, tomo sus zapatitos para evitar tacto indeseable y se dispuso a salir una vez mas.

Allí se encontraba frente a frente con el pasillo doloroso, lleno de terror, Alora se sentía una niña llorona, puso la linterna bajo su barbilla apoyada en su pecho e iluminando hacia enfrente, cogida de las dos manos como si fuera un escudo lleno de fortaleza espiritual o una cursilería así, no le quedaba más, ahora todo se estaba descomponiendo, de la nada aparecieron unos insectos asquerosos, repulsivos, llenos de dolor y pestilencia, atemorizaban a los ojos taciturnos de alora e hizo un puchero para si misma, no deseaba ser rescatada ella estaba acostumbrada a ser ignorada; compasión, apoyo, sonrisa, cooperación, ¿qué demonios era eso?, ella no tenia idea la vida era austera con ella, y creía que eso era lo normal, lo típico, se defendía ella sola con sus manitas y su cabeza siempre baja para ser sumisa para respetar, para soportar, era lo correcto, su soledad era la única que la abrazaba y la engullía con amor y claro esta sus amiguillos estrambóticos, pero fieles y claro esta adorables (aquí no cabe la palabra belleza, linda, mona, superficialidades están de mas) veía las antenas de aquellos sus rivales sus dolores emocionales, sus atacantes, no podía moverse una especie de asco, miedo, horror y sensibilidad la hacían quedarse encajada en ese lugar no poder si quiera emitir sonido, de la nada sus ojos se abrieron como platos enormes y asustados, brillantes y húmedos por el miedo; planta-mujer la había azotado con palabras hirientes fuertes, para hacerla madura, una mujer, debía de serlo, no merecía ni un tipo de sutileza, era una perra, y como perra debía ser tratada, No merecía ni una especie de paciencia, si era una desgraciada inmundicia, chupa sangre, alora debía trabajar para merecer lo que se le ofrecía si no, su partida seria definitiva.

Alora sintió como la fuente interna de lagrimas se había destrozado saliendo de sus ojos, y se profundizaba mas con el sonido fuerte, duro y seco, pero invisible que emitió la explosión de su burbuja , quebrada destazada y abandonada, Alora se sintió así, sin burbuja, sin protección y mostrando su dolor y quebranto emocional, ahora era mas débil, estaba libre para ser aplastada derrotada hacerla sufrir, y sacar alaridos de llanto y tristeza que matarían su amor, sus ganas de amor. ¿Qué si tenia miedo? Estaba petrificada, sus labios tomaron un color seco y muerto y un temblor constante y en ritmo, pero tenía que hacerlo por ella, por tener un poco mas de respeto y libertad, por el alojo, por el silencio, por su soledad, por el permiso concedido de abrazarse a si misma en las noches y sonreírle a las nubes que tenían formas especiales, arremetió con un paso largo y grande y después, después nada, pasitos ligeros y rapidísimos y ya, había pasado, al llegar ala cumbre se sintió triste, con olor a dolor, a desprecio haciendo trabajos ajenos de personas ajenas, para poder dormir tranquila esa noche, en cama y en cuarto, tenia que obedecer y no sacar ni un monosílabo de desaprobación al mandato si no su exilio estaba asegurado, a solo tener el manto de la luna? Que miedo.

Su boca se alargo y sus lagrimas se hicieron mas espesas cree ella por que ardían, tal como arden las inyecciones de aceite.

Pucheros y suspiros largos y silenciosos, que solo la luna veía y ponía atención ante tan dramática escena, no podía ser descubierta por alguien más, ser vulnerable es ser estúpida, y ella ya se sentía estúpida siempre, era muy difícil de comprenderlo.

Sin saberlo sin mencionarlo, sin pensarlo ella necesitaba un abrazo; pero nadie entiende las palabras mudas.

Solo queda la noche para que sus amiguillos sin perfil, le acaricien el cabello, para que al menos en sus sueños llenos de quimeras esboce una linda sonrisa sacando la ternura que mantiene corriendo por su sangre; llena de amor.

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